Parece que no hemos tenido bastante con Filomena, que después el anticiclón ahora llega varios días de lluvia ¿quién da más? Si hay dos platos por excelencia en la gastronomía madrileña son los callos y el cocido, ambas buenas opciones y deliciosas para estos días de frío.
El Restaurante La Clave, es el sitio idóneo para degustar el cocido madrileño en plano barrio salamanca. Además, actualmente cuenta con un 15% de descuento en su cocido si vas a recogerlo en local. Reserva tu cocido, y disfruta este fin de semana en casa este manjar por 28€ por persona.
Si prefieres tomarlo en el restaurante como es nuestro caso, cuenta con una opción de su cocido madrileño maridado con champagne Taittinger Brut Réserve (60€/persona).
1º Vuelco: Croqueta de pringada.
Un buen empiece para ir abriendo boca a unos de los mejores cocidos de Madrid, una croqueta alargada de la pringá de cocido. Estaba buena, aunque nos hubiese gustado melosa.
2º Vuelco: Sopa de fideos.
Una sopa de fideos desgrasada acompañada de cebolleta y guindilla. Presentada en una sopera de porcelana junto a una vajilla clásica, con sabor intenso, gusto ligero y fideos finos. El camarero nos sirvió la sopa y dejó la sopera, lo que nos permitió repetir un cazo más a cada uno mientras esperábamos el plato fuerte. Nos llamó la atención el bol de garbanzos, ya que no fue nuestro caso, pero sabemos que son muchos los foodies que echan algunos en la sopa.
3º Vuelco: Garbanzos pedrosillanos con verduras.
En nuestro caso nos sirvieron juntos el tercer y cuarto vuelco en el mismo plato. Un plato como veis contundente y en el que no falta nada.
Los garbanzos pequeños perfectamente cocidos, sin pellejo, acompañados de una gran variedad de verduras: zanahoria, repollo, patata gallega y pelota. Pasando al que sería el cuarto y último vuelco, todo un festín de carnes: morcillo de ternera asturiana joven, gallina campera, tocino ibérico, chorizo, morcilla, hueso de jamón y hueso de caña con tuétano. Podemos asegurar que la materia prima es de gran calidad, por su textura y el sabor.
Todo ello acompañado de una salsa de tomate y/o AOVE, para tomar al gusto del consumidor. En nuestro caso, fuimos fieles al aceite de oliva, aunque reconocemos que la salsa de tomate con comino también le va bien al plato.
Tras este cocido generoso y abundante, dejamos un hueco en el estómago para disfrutar de un postre, obviamente a compartir, con el que concluimos la velada.
Probablemente nos encontremos con uno de los mejores cocidos de Madrid, volveremos pronto a probar su carta o quién sabe, quizás otro cocido ¡aún queda mucho invierno!